Cuántas veces nos enfrentamos, en este maravilloso mundo de la consultoría, con requerimientos o solicitudes muy específicas del orden de: “necesito un curso de tal tema para tal población, con tal contenido y tal duración”, “necesitamos hacer un proceso de change management” o “nos súper urge un proyecto de desarrollo de liderazgo para los mandos medios”. Y la mayoría de las veces queremos ceder a la tentación de simplemente entregar un temario para el curso, una propuesta de change management o para un taller de desarrollo de líderes.
Siempre, siempre hay dos caminos al menos: el primero –en aras de satisfacer la necesidad y petición del cliente o del prospecto– es entregar nuestra mejor propuesta para atender dicha solicitud de forma oportuna y puntual, el segundo –que a veces parece más complejo y tortuoso– es partir de la base de un diagnóstico que nos permita, como consultoras, entender el contexto y la situación que está enfrentando el cliente, a fin de comprender cabalmente sus necesidades y asegurar que la intervención que se proponga e implemente tenga el impacto deseado.
Y no quiere decir que no podamos hacer un muy buen curso o un programa de desarrollo de liderazgo robusto, seguramente podemos porque sabemos cómo, pero ¿qué garantiza que el impacto es el deseado y el resultado satisfactorio? Normalmente, un diseño hecho a la medida que tome en cuenta las características puntuales de la empresa, su cultura organizacional, sus valores y expectativas y, sobre todo, el contexto y la coyuntura que está atravesando.
En este sentido, la investigación se convierte en el gran aliado de la consultoría, porque permite contar con información oportuna y confiable que orienta la toma de decisiones en torno al tema que se pretende abordar.
La investigación en el ámbito organizacional puede tomar muy diversas formas, aunque no hay recetas de cocina. Dependiendo del momento, de la coyuntura, de la propia cultura y de la necesidad específica, la propia investigación debe diseñarse para atender una necesidad puntual, y debe diseñarse considerando también el tipo de decisiones que se van a tomar.
Hablando claramente, no siempre se necesita aplicar una encuesta a todas las personas que trabajan en la empresa, quizás sea lo menos acertado si no queremos generar una expectativa entre ellas, ya que hay que entender que la propia investigación en el ámbito organizacional es una intervención en sí misma y que genera expectativas, sentimientos y, en ocasiones, inquietud y preocupación en quienes participan en ella.
A veces, un diagnóstico con unas cuantas entrevistas a profundidad con informantes clave es más que suficiente para alcanzar el propósito que se persigue, porque sí, lo más importante es tener absoluta claridad de cuál es el objetivo del diagnóstico o investigación, sólo así podrá definirse el mejor abordaje para alcanzar el objetivo, así como la metodología, el diseño de los instrumentos de medición y la definición de quiénes deben participar en el proceso.
Por ejemplo, si lo que necesitamos es diseñar un programa de desarrollo de talento, quizás lo más importante sea realizar un diagnóstico cualitativo con algunos ejecutivos o ejecutivas de la empresa, a través de entrevistas a profundidad, que nos permitan entender qué se persigue con el programa, dónde se encuentran las fortalezas y áreas de oportunidad del talento de la empresa, cuánto tiempo están dispuestos a ceder para que quienes participen en el programa tomen cursos, presupuestos, cultura en torno a temas como mentoring y coaching, qué temas preocupan y por qué, todo en el contexto de la propia empresa y el momento que está viviendo.
A partir de ahí, el programa que se diseñe estará considerando no solamente los temas y contenidos fundamentales, sino también el enfoque de desarrollo de habilidades que la propia empresa le quiere dar a quienes colaboran con ella, garantizando que el programa está alineado a su estrategia y cultura y que, por ende, además de preparar mejor a las personas estará favoreciendo su propio crecimiento y satisfacción, logrando así un impacto más poderoso en el corto y mediano plazo.
Y, por supuesto, investigar después de implementado el programa será fundamental. Recordemos que lo que no se mide, no se puede mejorar, por lo que evaluar el programa y su impacto se convierte también en una herramienta muy útil para la toma de decisiones y la mejora continua.
¿Cómo hacerlo? Nuevamente, las recetas de cocina prácticamente no aplican, siempre hay que diseñar, tropicalizar o adaptar los instrumentos de medición a fin de asegurar que cumplen con el objetivo para el que están siendo diseñados y utilizados.
En resumen:
- Realizar un diagnóstico de la situación es parte fundamental de un proceso de consultoría exitoso.
- El diagnóstico debe diseñarse a la medida considerando el contexto puntual de la empresa y del requerimiento o necesidad.
- La investigación debe siempre partir de la definición clara, puntual y correcta de un objetivo, es decir, ¿qué decisiones se tomarán con los resultados de la investigación?

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