Durante muchas décadas no había tanta información como la hay ahora sobre la importancia que tiene el bienestar emocional en la productividad, los estudios que se hacían estaban basados en las investigaciones que hizo Elton Mayo a principios del siglo XX, que hoy en día parecen bastante simples. Parecería obvio que las personas responden mejor en su trabajo bajo condiciones ambientales saludables, como buena iluminación, ventilación, más espacio, lugares ordenados y limpios, etcétera.
Aunque, afortunadamente, los estudios e investigaciones continuaron y mejoraron durante el siglo anterior y las primeras décadas del presente, en 2020 el acontecimiento que marcó las relaciones laborales, como muchas otras cosas en el mundo, fue la crisis ocasionada por el Covid-19, que nos obligó a salir de nuestra zona de confort sin previo aviso y, literalmente, de la noche a la mañana.
A partir de entonces, hay un concepto que hoy parece cobrar todo sentido y que nos permite darnos una idea de lo trascendental que es la salud integral de las personas: Salud Mental.
Hablar de salud mental antes parecía un pretexto que las personas usaban para no trabajar, o para no dar todo su rendimiento, pero hoy sabemos que es más importante de lo que pensábamos y que tener una salud mental precaria o tener padecimientos mentales es tan peligroso como tener una enfermedad terminal.
A partir de los acuerdos internacionales que México tiene con organismos como la OIT, OMS, la OCDE, entre otros, se han logrado crear instrumentos que permiten atender integralmente a las personas que trabajan en las organizaciones laborales, como la NOM 035, que cuenta con una serie de mecanismos de identificación de señales que pueden indicar que el personal tenga un riesgo en su salud mental, y también algunos lineamientos para atender estas situaciones. Es decir, la importancia de la salud mental es tal que está ya considerada como un factor para el desarrollo óptimo de los negocios.
La salud mental puede verse afectada por diversos factores socioemocionales internos y externos, además si consideramos que vivimos un en un mundo vertiginoso en el que nos suceden cosas todos los días, la estabilidad de nuestra mente se vuelve muy vulnerable, lo que conocemos como el mundo VICA (Volatil, incierto, complejo y ambiguo) o FANI (Frágil, ansioso, no lineal e incomprensible), según algunos investigadores. Dentro de estos factores podemos mencionar la inseguridad, la desesperanza, el rápido cambio social, los riesgos de violencia, la inestabilidad económica, entre otros. Así como factores y experiencias personales y alteraciones en la fisonomía cerebral de cada persona.
Es difícil y sería irresponsable dar consejos o estrategias para mantener íntegra la salud mental; sin embargo, hay prácticas simples que nos pueden ayudar a prevenir la desestabilización de nuestra mente, y si ya tenemos algún grado de malestar, podemos implementar algunos recursos que acompañen un tratamiento o las recomendaciones de las personas especialistas:
- Filtra la información. Una de las características de este mundo VICA o FANI es que vivimos en un mar de datos y fake news, que nos hacen sentir ansiedad. Toma un descanso de la información y elige compartir noticias positivas… Claro, siempre y cuando las hayas verificado.
- Cuida tu cuerpo. Intenta comer sanamente y respetar los horarios, además de hacer ejercicio, algo de meditación o simples estiramientos, y evita el abuso en el consumo del alcohol y cualquier sustancia nociva.
- Dale valor al descanso. Vivimos en una sociedad y en una cultura laboral que condena el descanso, se nos ha enseñado que sólo trabajar es productivo. Duerme por lo menos 7 horas (de preferencia 8), desconéctate en los horarios no laborales y realiza actividades que te relajen y permitan regenerar tu mente.
- Haz cosas que te gusten. Aprovecha el tiempo de no-trabajo para retomar aquellos proyectos que dejaste pendientes o para desarrollar los talentos que habías querido. Canta, baila, escribe, lee, aprende a tocar un instrumento, aprende cosas nuevas, según tus gustos e intereses.
- Conservar buenas relaciones interpersonales. Las amistades y las relaciones interpersonales son grandes catalizadores del estrés y las presiones cotidianas, procura mantener relaciones saludables que no estén relacionadas con tu mundo laboral, de preferencia, evita relaciones que no te aporten cosas positivas.
- Ordena tu espacio. Como parte de tus rutinas de trabajo establece momentos para vaciar el cajón de los cachivaches y ordenar tu espacio. Saca lo que no te sirve, deshazte de los papeles que sólo guardan polvo y saca la basura para que tu ambiente esté despejado y armónico.
Lo más importante es que en cuanto haya algún síntoma o sospecha en cuanto a la salud mental no existan prejuicios… la ayuda profesional es fundamental.
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