Hay una cifra que siempre me causa escalofríos: De acuerdo con el Banco Mundial, al mundo le tomará 150 años alcanzar la paridad de género. Sí, ¡150 años! Eso significa que nuestra generación y dos generaciones más adelante no lo van a alcanzar a ver… a menos que hagamos algo para acelerar el cambio.
Definitivamente, es un proceso lento porque requiere cambiar una estructura social muy grande y pesada, en la que requerimos involucrar a todas las partes de la sociedad. Así que si no hemos logrado convencer a las empresas, a las instituciones, a la representación en el gobierno y a la sociedad en general por medio de argumentos contundentes, vamos a llegarles por el lado del dinero.
Cada vez hay más empresas que se dan cuenta que la igualdad de género es una necesidad o, más bien, que la desigualdad es una aberración, y están tomando acción al respecto. También hay otras que lo hacen para ser percibidas de manera positiva, para entrar en nuevos mercados o simplemente por estrategia comercial, ¡está bien!, porque por lo menos hacen algo, porque también hay otras que no hacen nada.
Por la razón que lo hagan, se ha demostrado de diferentes maneras que las organizaciones que trabajan en la equidad de género tienen mejoras significativas en su rendimiento y en la capacidad de innovación. Por otra parte, la igualdad de género es el quinto de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó como medidas para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda global. Por lo que todos los países miembros de la ONU, por supuesto México incluido, se comprometieron a establecer acciones contundentes para lograr estos objetivos en 2030.
¿Cuáles son los beneficios reales?
Si queremos crear economías más fuertes, lograr los ODS 2030 y mejorar la calidad de vida de las mujeres, las familias y las comunidades, es fundamental empoderar a las mujeres y desarrollar condiciones para su plena participación en la política, la economía, la cultura, los negocios y en todas las áreas del desarrollo.
El sector privado por su capacidad económica y su alcance es el aliado número uno para poder llevar a cabo esta transformación de la sociedad, traduciéndose además, en un buen negocio. Aquí presentamos sólo cinco razones por las cuales la equidad de género juega a favor cuando hablamos de negocios:
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Cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen
Probablemente, el impacto más notable de aumentar la inclusión de las mujeres en la economía formal es a nivel macroeconómico, la razón principal es que hay más contribuciones a las economías por recaudación fiscal y porque se incrementan el gasto familiar y el gasto público, lo que le da a los gobiernos mayor oportunidad de invertir y generar crecimiento.
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Incrementar la proporción de los ingresos del hogar procedentes de lo que ganan ellas, modifica los patrones de gasto
Como consecuencia del incremento del gasto, cuando en los hogares hay más ingresos y más aportación por parte de las mujeres, los patrones de gasto se modifican. Esto quiere decir que las mujeres toman más decisiones sobre las compras que cuando hay solamente un ingreso por parte de un varón y que las mujeres pueden decidir sobre qué es lo que van a comprar, cómo lo van a comprar, con qué periodicidad, etcétera.
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El aumento de la educación de las mujeres y las niñas contribuye a un mayor crecimiento económico
Es bien sabido que las economías que tienen un mayor índice de educación o un mayor nivel cultural son más fuertes, si empezamos a contribuir a la educación de mujeres y niñas se podrá generar a la larga un crecimiento económico sostenido, que va a permitir que cada vez más mujeres vayan teniendo acceso a la economía.
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La igualdad de género en una compañía mejorará su rendimiento y su imagen como marca
Para las empresas, la imagen de marca es un activo importantísimo. La forma en la que las empresas proyectan quiénes son, cómo se venden y cómo se presentan ante el mercado es fundamental. La igualdad de género va a retribuir directamente a la imagen de marca, van a ser empresas que tengan una mejor imagen ante sus consumidores y, como consecuencia, gozarán de la preferencia en el mercado.
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Ayuda a retener al mejor talento y mejorar el clima organizacional
Si pensamos que ya las organizaciones no tienen que limitarse al universo de los perfiles masculinos, sino que ahora pueden abrir sus opciones para contratar a la persona que realmente tenga las mejores calificaciones y las mejores capacidades para ejercer un puesto. Contar con equipos diversos y equilibrados en género, genera mejores ambientes laborales y enriquece la visión de las personas que conviven y comparten ideas y conocimientos y, además, tienen la representatividad de consumidores más diversos, por lo que tienen la oportunidad de ampliar su alcance en el mercado.
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