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Actions with intention

Cuántas veces vemos campañas al interior de las empresas e instituciones que promueven diferentes acciones para atender ya sea, necesidades específicas de todos o de un grupo de personas, a través de actividades específicas o de un nuevo programa de “well-being” o bienestar, y cuántas más vemos que, en el mejor de los casos, las personas participan en una que otra actividad por obligación o simplemente agradecen que la empresa se ocupe de estos temas sin mayor relevancia o impacto en su vida cotidiana y en la productividad personal e institucional. 

 

Para las empresas e instituciones de nuestro país, la creación de la NOM 035 demandó que pongan más atención a los factores psicosociales de las personas que trabajan en ellas. Esta norma se creó con el objetivo de establecer los elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial, así como para promover un entorno organizacional favorable en los centros de trabajo. 

 

Ciertamente muchas instituciones y empresas, de todos tamaños y en todas las industrias, venían ya trabajando en este tipo de temas desde hacía tiempo, unas de forma más exitosa que otras, pero la gran mayoría apenas prestaba atención a factores que, por una parte, son difíciles de identificar y atender y, por la otra, no se consideraban estratégicos. 

 

Pero, ¿qué más estratégico puede haber que ocuparse del ser humano? de las personas, que antes que ser técnicas, profesionistas, líderes, operadoras, docentes o cualquier otra cosa dentro de la institución, son seres humanos.

 

Hay múltiples acciones que se pueden llevar a cabo, desde campañas específicas de detección de riesgo psicosocial (que de hecho es el objetivo del cuestionario que por ley se debe aplicar), hasta programas completos que incluyen acompañamiento, apoyo terapéutico, seguimiento y opciones de actividades orientadas a mejorar el bienestar general y apoyar una buena salud física y emocional de la gente.

 

Las acciones que emprenden las empresas e instituciones dependen de aspectos como el tamaño de la empresa, el giro al que pertenece, el tipo de trabajo que se desempeña, el presupuesto que se dispone para ello, las capacidades instaladas para atender y dar seguimiento, la robustez de los programas de capacitación y desarrollo, entre muchas otras, y desde luego de la cultura de la organización –tema que abordaremos con mucho más detenimiento próximamente en nuestro blog–, de aquellas cosas que la empresa valora y atesora, de su misión y visión, que reflejan claramente cómo visualizan a las personas.

 

Y la verdad es que no hay una receta sobre cómo abordar este tema tan sensible respecto de los seres humanos que hacen posible que la institución exista, quizás la única receta verdaderamente importante y universal es la que da su nombre a este artículo: actions with intention, que no es más que la máxima sobre la que debe basarse cualquier actividad que se realiza en el ámbito corporativo e institucional y particularmente en el área de recursos humanos: todo lo que hagas debe hacerse con una clara intención, y que esta intención debe ser explícita, planeada y plasmada en los planes y acciones que se desarrollarán para atender una situación particular y debe, además, reflejar con claridad los valores organizacionales.

 

Cuando esto ocurre, aquello que se realiza hace todo el sentido del mundo y tiene un impacto sustancial en la comunidad interna y externa.

 

Si detrás de una campaña de bienestar no hay una clara intención de atender la salud psicosocial del personal, es muy poco probable que todos en la institución se alineen con las actividades y estrategias que esta propone y entonces, la propia falta de congruencia llevará la campaña al fracaso. 

 

Por otro lado, si para todas las personas de la empresa la intención es evidente, se alinearán de forma natural e incluso entusiasta a las actividades propuestas. Y, desde luego, esto aplica no sólo para las estrategias del bienestar, aplica para todas las acciones que emprendemos en nuestros negocios o instituciones. 

 

Pensemos antes de hablar, pero sobre todo ¡planeemos antes de ejecutar!

 

 

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